Which values regarding nature and other species are we promoting in the Australian science curriculum?

“To observe in silence is to be complicit”

Adams and Donovan (2006, p. 3).

Abstract

Through a critical textual analysis of the content and structure of the new Australian science curriculum, in this paper I identify the values it encourages and those that are absent. I investigate whether the Australian science curriculum is likely to promote the attitudes needed to educate generations of children who act more responsibly with other species and the environment. Over the past decades, there has been an increasing awareness of the human impact on the environment and other species. Consistently, there is a growing awareness of the role of education in encouraging children to act in a more ethical, responsible, and caring way. However, it is still unclear as to whether national curricula can (or will aspire to) accomplish this. In Australia, a national science curriculum has been implemented. In this paper I argue that the Australian science curriculum is likely to miss the opportunity to cultivate values of care for nature and other species. Instead, it is likely to reinforce anthropocentric attitudes toward our natural environment. The importance of explicitly promoting values that encourage care and respect for all species and challenges anthropocentric views of other animals and nature are discussed.

Resumen

Hay una creciente preocupación por la falta de valores en la sociedad y la necesidad de transformar nuestras actitudes hacia acciones de cuidado hacia los demás, incluida la naturaleza. Autores como Julie Andrzejewski, Helena Pedersen y Freeman Wicklund (2009), sugieren que las instituciones y prácticas educativas han tenido un papel en la promoción de comportamientos insostenibles y prácticas poco éticas. Esto podría deberse, como explica David Orr (2004), a un sistema educativo que pone la naturaleza y otras especies en función de atender nuestras necesidades y a nuestra disposición. Además, como sostiene Sonia Kuzich (2011), la educación occidental poco ha logrado fomentar la consideración de las consecuencias de nuestra forma de pensar y actuar hacia otros seres humanos, animales y la naturaleza. A través de un análisis crítico del contenido y la estructura del nuevo currículo Australiano, en este artículo identifico los valores que se promueven y aquellos que están ausentes. El currículo Australiano fue publicado para validación por primera vez en diciembre de 2010. El proceso de implementación inicio en febrero de 2011.

El currículo Australiano pretende preparar a las futuras generaciones. En las últimas décadas, ha habido una creciente concientización del impacto humano sobre el medio ambiente y otras especies. Esto ha conllevado a un interés en el papel de la educación en alentar a los niños a actuar de una manera más ética, responsable y cariñosa. Sin embargo, sigue siendo confuso si los planes de estudios nacionales pueden (o si aspiran a) lograr esto. En este artículo argumento la necesidad de realizar un análisis crítico del currículo Australiano para examinar la relación humano - animales no humanos, los valores que son privilegiados y aquellos que están ausentes. Este examen crítico proporciona una oportunidad para discutir abiertamente las diversas perspectivas que son promovidas en las escuelas y los valores que guiarán la participación activa de las futuras generaciones de estudiantes en la comunidad Australiana. Los resultados que presento sugieren que el currículo Australiano perdería la oportunidad de cultivar los valores de cuidado hacia la naturaleza y otras especies. Por el contrario, es probable que refuerce actitudes antropocéntricas hacia nuestro entorno natural. También discuto la importancia de promover explícitamente los valores que fomentan el cuidado y el respeto y desafían perspectivas antropocéntricas.