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Teoría y crítica literaria en Agudeza y arte de ingenio

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Abstract

The aim of Gracián’s Agudeza y arte de ingenio (Sharp-mindedness and the Art of Wit) was to write a treatise explaining all the different types of conceits. Being aware that concepto is a multi-purpose word, Gracián proceded to make additional definitions and distinctions, outlining some categories and subcategories of conceits, and establishing different possibilities of combination between them. His theory, based on an inductive procedure, raises some objections: 1) it is difficult to find the rules governing the faculty of wit, the technique of arte de ingenio; 2) the idea of conceit based on the relationship of similarity does not take into account the fact that many witty correspondences are devoid of literary quality; 3) the practice of conceit barely explains the most important achievements and innovations made by the great Baroque poets, at least in Spain, despite their reputation for the bold use of conceptos. In spite of those shortcomings, Agudeza y arte de ingenio deserves credit for its theoretical ambition and for Gracian’s effort to renovate the literary and gnoseological thought of his time.

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Notes

  1. Hacia el final del “primor tercero” escribió: “Son agudezas coronadas ordinarios dichos de un rey […] Valióles más a muchos campeones tal vez una agudeza que todo el hierro de sus escuadrones armados”.La versión autógrafa (Gracián 2001:8) presenta una redacción ligeramente distinta: “Valioles más a muchos capitanes tal vez una agudeça, que todo el hierro de las armas”. Para la versión impresa sigo la edición de Obras completas a cargo de E. Blanco.

  2. “El hombre que pretenda llegar a ser héroe habrá de valerse de las posibilidades y funciones de su ingenio, de la agudeza, del gusto” (Hidalgo-Serna 1991:162).

  3. Opiniones análogas se encuentran también en Sarmiento (1935a), Batllori (1969) y Egido (2001:59).

  4. Al principio del discurso I de Agudeza insiste en el planteamiento del prólogo: “Hallaron los antiguos métodos al silogismo, arte al tropo; sellaron la agudeza, o por no ofenderla o por desahuciarla, remitiéndola a sola la valentía del ingenio” (2004:15). Tal vez Gracián no tomó debidamente en cuenta dos hechos: (1) que la inventio formaba parte de la retórica clásica, en tanto que la del siglo XVII solía restringirla a la elocutio; (2) que lo acutum, poco estudiado en la retórica clásica, era un recurso más dentro de la elocutio.

  5. Batllori-Peralta (1969:150–151) y Correa Calderón (1969:I, 20–21), entre otros críticos, desmintieron a Lastanosa. Egido (1997:157) sugirió que Gracián fue el verdadero inspirador del desdeñoso comentario sobre el escritor boloñés.

  6. Como Gracián, Peregrini mostró una amplia curiosidad intelectual, plasmada en obras de varia temática: Che al savio è convenevole di corteggiare (Bologna 1624); Difesa del savio in corte (Viterbo 1634); Della prattica commune a principi e servidori loro (1634). Tras Delle acutezze escribió I fonti dell’ingegno ridotti al arte (Venecia 1650); pese a la semejanza del título con Agudeza, Peregrini expone un punto de vista diferente al de Gracián, entre otras razones porque considera que el ingenio abarca “l’Intelleto, e l’Ingegno insieme” (1650:40), los cuales son parte del “Arte Rationale”. Según Coster (1947:235), Gracián podría haber tenido alguna deuda con Peregrini en la elaboración de El héroe.

  7. “Son los tropos y figuras retóricas materia y como fundamento para el realce de la agudeza, y lo que la retórica tiene por formalidad esta arte tiene por materia sobre que echa el esmalte de sutileza”, se lee en Agudeza. Peregrini (1650:44) vio de diferente modo los límites de la retórica de su tiempo, sugiriendo otra forma de superarlos: “Dirò si bene, chei nostri l’hanno ridotta [la retórica] à un mero esercitio delle forza naturali dell’ Ingegno. Senz’arte quasi del tutto, senza prudenza, e senza giudicio esercitata da molti.”.

  8. “Con la adición de estas traducciones [las de Marcial a cargo de Salinas], así como las de otras dieciocho composiciones latinas más de Pentadio, Ausonio, Andrelino, Angeriano, Falcón o de autor desconocido, también de Salinas, poco felices, la mayor parte de las veces libérrimas y prosaicas, así como la inclusión de las numerosas muestras de poetas aragoneses o compañeros de Orden, en general de escasas cualidades, el tratado de Gracián va a adquirir una amplitud mucho mayor, acaso excesiva”, afirmó Correa Calderón (1969:I, 18). Otros análisis acerca de la doble redacción pueden vérse en Coster (1947:233–34), Navarro González (1948), Blanco (1998) y Blanco (2003).

  9. “Sería ponerse a medir la perenidad de una fuente y querer contar sus gotas, pensar numerarle al ingenio sus modos y diferencias de conceptos, y intentar comprehenderle su fecunda variedad”, escribió en el discurso 50 de Agudeza [2004:515].

  10. En realidad, un subapartado dentro de la “agudeza de ideal perseguido”.

  11. Sobre la agudeza de acción, Hidalgo-Serna (1991, 1993); sobre la “circunstancia especial”, Egido (2000:27–47).

  12. Autoridades recoge las más comunes: “1. La idea o imagen que forma el entendimiento. Viene del latino conceptus, que significa lo mismo. 2. Vale también opinión, o dictamen o juicio que uno hace de alguna cosa. Lat. Aestimatio.3. Se toma y dice muchas veces por sentencia, agudeza y discreción. Lat. Praeclara sententia”.

  13. “El concepto funciona en el sistema de Lope por lo general como sinónimo de pensamiento no vulgar, a lo que le fuerza la especial dignidad que requiere la materia poética alta. Idea ésta que advertimos repetida en otros documentos lopescos, como el prólogo a los Triunfos divinos o El laurel de Apolo”, señaló García Berrio (1975:393). En el Antídoto, cuando Jáuregui reprocha a Góngora la carencia de conceptos elevados o profundos, entiende por tal ‘pensamiento’, y otro tanto hace González de Salas cuando destaca los de Quevedo.Sobre el “concepto des poètes”, véase Blanco (1992:60–65).

  14. Según J. Mazzeo (1952:88–89) fue Giordano Bruno, en Degli eroici furor (1585) el primer teorizador del conceptismo, por su capacidad para mostrar las correspondencias que percibía en el universo. Respecto a Casimiro Sarbiewski se desconoce el alcance que tuvo su Praecepta poetica (1626).

  15. Cortese deslinda tres planos: “concetto”, “voce”, “suono”. El primero será “quella meditatione che lo spirito fa sopra alcuno obietto che se gli offerische di quello, c’ha da scrivere”, tras lo cual añade: “il concetto sarà quello che lo spirito mediterà di ordire in parole” (pp. 1–2).

  16. “Quindi si schorge che mentre narra alguna cosa di storia, o di avvenimento in rima quella narratione nuda non è vera poesia”, poniendo seguidamente como ejemplos los sonetos 2 y 3 de Petrarca.

  17. Añadiendo: “Sarà dunque il concetto tirato dalle scienze tale che non offuschi, ò ingarbugli l’occhio dell’anima; ma che l’erudischa, & illumini, accioche il lettore conosca quello c’habbia detto, & non quello c’habbia uoluto dire”.

  18. Es así como aparece escrito su nombre en el Dizionario biografico italiano y en la edición que llevó a cabo E. Ardisino. En varios estudiosos lo veo citado como Camillo “Pellegrini”.

  19. Los interlocutores son Matteo di Capua, Pompeo Garigliano, Giovan Battista Marino y el propio Pellegrino, siendo su punto de partida una discusión en torno a unas boscarechas de Sertorio Pepi, poeta petrarquista.

  20. “Fredde, stiracchiate, fanciullesche, vuote, insipide, inette, stolte, niquitose, sfacciate e buffonesche” (1997:106). “Peregrini marcó una reacción contra el conceptismo. Gracián se anima de otro espíritu y se erige en defensor, en profeta de la agudeza” señaló Coster (1947: 235–239), quien ofreció un breve y preciso resumen de la doctrina de Peregrini, no superado por estudios posteriores.

  21. “La forma letteraria considerata comme ornamento ingegnoso e dilettoso, che si aggiunga a la nuda espressione del pensiero”, en palabras de Croce (1966:313). Distintos pareceres acerca de las diferencias entre Peregrini y Gracián pueden verse en Sarmiento (1935b:31–33), Coster (1947), García Berrio (1968), Woods (1968:859–861), Bernat Vistarini (1992), M. Blanco (1992) y Saraiva (1996).

  22. Conviene tener en cuenta también el capítulo de Oráculo manual con epígrafe “Hace concepto”, y el capítulo primero de El discreto, que versa sobre la diferencia entre genio e ingenio. Dichas nociones no coinciden plenamente con lo expuesto en Agudeza. A propósito de la primera de las obras mencionadas señaló E. Blanco que “la dificultad no procede sólo de la sintaxis, porque el léxico se suma bien pronto a la oscuridad. Así, en un sentido hay toda una serie de vocablos que aparecen en el jesuita con un significado distinto del habitual, del que recogen los diccionarios; en otro, no escasea el empleo de términos genéricos de carácter ambivalente. De ahí que se haga necesaria siempre la glosa. Pero ni siquiera es posible crear una suerte de ‘diccionario de uso graciano’, porque la misma voz, en contextos diferentes, puede tener sentidos distintos, todos ellos peculiares de la pluma del aragonés” (1995:72).

  23. Véanse Croce (1966), Sarmiento (1935a), Heger (1960:200), Monge (1966), García Berrio (1968), Parker (1982), Aguirre (1986), May (1986:53–79), Lázaro Carreter (1986), Hidalgo-Serna (1989, 1991, 1993), Hernández (1986), Blanco (1998), Blanco (1985, 1988, 1992), Pelegrín (1993) y García Gibert (2005). Según May (1986:277) “if what call a concept belongs to abstraction and definition, the conceit is pre-conceptual”, quien también sostuvo que el concepto sólo se puede definir rigurosamente “as an intelectual and not as a literary art” [1986:270]. Según E. Blanco, “el concepto de Gracián tiene casi más que ver con la intuición poética, aunque sea desde luego una forma de intelección de la realidad”. Para M. Blanco (2012:83) el concepto consiste en un pensamiento “cuya especificidad, con respecto a los pensamientos ordinarios, es el estar palpablemente encarnado en las palabras, en su ordenación material, en su materia fónica y en su disposición sintáctica, en sus acepciones realizadas o posibles, actuales y pretéritas, en el espesor de estratos de significado que su historia ha ido acumulándoles”. Acerca de la relación entre tropo y concepto véanse Sarmiento (1935b) y May (1986: 53–79).

  24. Woods (1995:10) vio el problema de otro modo: “I suspect the real surprise for most readers approaching Gracián’s definition is that they are expecting a description of a conceit as the end product of the artist’s endeavour, and are given instead what looks like a description of the mental act of actually creating that end product”. Codoñer (2003:204) señaló la dificultad para diferenciar, en el terreno de las manifestaciones literarias, “las actividades y recursos intelectuales que se aplican en la búsqueda de ideas, proceso ‘previo’ a la ‘fijación’ de las mismas, oralmente o por escrito”. Según García Gibert (2005:73), la teoría de Gracián “desvela, más allá de un estilo literario, todo un estilo de pensamiento, bien alejado por cierto del nuevo modo de pensar claro y distinto y de la nueva razón analítico-crítica que ya estaba alumbrando la modernidad en Europa”.

  25. Recuérdese que, según promete el título, Tesauro dirige su Cannochiale “a tutta l’arte oratoria, lapidaria e simbolica”.

  26. “Descendiendo a los estilos en su hermosa variedad, dos son los capitales: redundante el uno y conciso el otro, según su esencia; asiático y lacónico, según la autoridad […] Uno y otro estilo han de tener alma conceptuosa, participando del ingenio su imortalidad” (2004:617), se lee en el primero de los discursos mencionados.

  27. Cowley, en su oda Of Wit señaló que las figuras del lenguaje forman parte de una estructura superior que debe estar guiada por la armonía y concordancia, de modo que la creación del poeta se asemeje a la de Dios con respecto al universo, o la de las criaturas en el arca de Noé. Aunque no es fácil concordar las diferentes acepciones que emplearon los críticos de distintas lenguas, se podría decir que Gracián destaca el concepto como producto del ingenio, mientras que otros escritores consideraron fruto del ingenio el conjunto de la obra, siendo los conceptos partes subordinadas de la misma.

  28. “El conceptismo aspiró a algo más que a ser un puro fenómeno de estilística literaria; quiso ser fundamentalmente, en los que supieron manejarlo en su más amplia y propia significación, un método develador de las relaciones invisibles a la óptica tradicional de contemplación del mundo y expresión escueta, evidenciadoramente activa, de la propia captación de un mundo no gastado por el recorrido tópico”. García Berrio (1968:109–10).

  29. John Locke, filósofo moral también, mostró sus reservas hacia el wit: “And hence perhaps may be given some reason of that common observation, that men who have a great deal of wit, and prompt memories, have not always the clearest judgment or deepest reason. For wit lying most in the assemblage of ideas and putting those together with quickness and variety, wherein can be found any resemblance or congruity, thereby to make up pleasant pictures and agreeable visions in the fancy: judgment, on the contrary, lies quite on the other side, in separating carefully one from another ideas wherein can be found the least difference, thereby to avoid being misled by similitude, and by affinity to take one thing for another” (1967:123).

  30. “Toda la noche ha llovido,/y de la aurora al nacer/las fiestas se han proseguido./El César tiene el poder/con Júpiter dividido”. Blanco (1992:260–261) valoró de otro forma todo este pasaje.

  31. “Así vosotras, no para vosotras, hacéis la miel las abejas;/así vosotros, no para vosotros, lleváis los arados los bueyes;/así vosotras, no para vosotras, hacéis los nidos las aves;/así vosotras, no para vosotras, lleváis los vellones las ovejas”.

    Comparetti (1896) explicó el contexto: “La storiella che narra come un plagiario si attribuisse questi versi, e Virgilio si lamentasse di ciò cogli altri versi, pubblicati anch’essi senza nome: ‘Hos ego versiculos feci; tulit alter honorem. Sic vos non vobis etc.’. Quella storiella e i versi relativi, che di certo non sono di Virgilio, ebbero molta notorietà nelle scuole per tutto il medio evo, né hanno cessato di averne a’ nostri giorni”.

  32. “En la selección de sus ejemplos, Gracián se muestra perspicaz para reconocer rasgos de ingenio, pero incapaz de discriminar entre el burdo chiste y el concepto poético, de descalificar la agudeza cuando se nos antoja impropia e insulsa, o de excluir lo involuntariamente ridículo” (M. Blanco 2012:88).

  33. Como señaló E. Blanco (1998:35–36), Gracián menciona alguna vez la complejidad del mecanismo del ingenio y, “ante la imposibilidad de precisar”, recurre a la definición por medio de imágenes, en ocasiones procedentes de otras artes. “De ahí en parte la dificultad para entender la obra, porque se buscará siempre más el ejemplo y la descripción que la definición”.

  34. Rozas (1986) señaló dos limitaciones en las obras y escritores escogidos por Gracián en Agudeza: (1) un acusado predominio de la temática moral y religiosa frente a la amorosa y festiva; (2) escasa o nula presencia de Lope, Cervantes y Quevedo. Respecto a Góngora, añadió: “de don Luis cita veinte sonetos, y sólo cinco no son morales o sacros” (1986:196).

  35. Algo similar ocurre cuando elogia (discurso 3) el arranque de una redondilla basada en una habitual antítesis entre morir y vivir: “Junto a mi casa vivía/porque yo cerca muriese/una mora del linaje/de los bravos melioneses”.

  36. Distintas valoraciones de esas palabras de Gracián ofrecen Coster (1947:193–96), Gendreau-Massaloux y Laurens (1981), Grady (1980), May (1986:3), Pérez Lasheras (2001).

  37. La usual afirmación de que el conceptismo está en la base de varias literaturas del Renacimiento y Barroco no impide reconocer las acusadas diferencias que existen entre ellas. El tipo de wit o metaphysical conceit que un crítico como T. S. Eliot encuentra en John Donne o Marvell tiene escasa analogía con los ejemplos que ofrece Gracián, por poner un ejemplo. Sucede lo mismo con varios “conceptistas” de la época clásica, tales como Séneca, Ovidio, Marcial o Tácito, proverbialmente agudos pero siempre de modo diferente.

  38. “Uno de los más preclaros espíritus del siglo XVII, Baltasar Gracián, publicó en 1642 un notable tratado acerca de la relación entre pensamiento y estilo, su Agudeza y arte de ingenio, donde se presentan el latín y el castellano como modos paralelos de expresión”.

  39. “Gracián, con su genialidad de enano, con sus retruécanos solemnes, con sus zalemas ante arzobispos y próceres, con su religion de la desconfianza, con su sentirse demasiado culto, con su apariencia de jaraba y fondo de hiel”. (1994:128).

  40. “No se trata de que juzguemos la Agudeza, como con relativa frecuencia se ha hecho, una obra menor, mostrenca en el conjunto general de la producción gracianesca, ni en la tradición de teorías del conceptismo”.

  41. Aunque Jiménez Patón se mantuvo dentro del estricto campo de la retórica, puso a disposición del lector numeros ejemplos de agudeza, sin mencionar tal vocablo, cada vez que seleccionó un texto poético para ejemplificar algún tropo o figura.

  42. Refiriéndose a las obras de Gracián que denominó ingeniosas, afirmó M. Blanco (1986:14): “El ingenio muestra en estos casos sus recursos de invención, su capacidad de asombrar, no tanto resolviendo un problema cuanto modificando su base misma. Estas salidas ingeniosas pueden ser, pese a su falacia, más eficaces que las largamente maduradas por la cordura”. La misma autora (1992:65) explica en otro lugar por qué razón “Agudeza y arte de ingenio a eu si peu de retentissement et si peu de postérité.”  En esta valoración de Gracián no tomo en cuenta el cambio de gusto operado años después, tal como lo analizó Hyde Minor (2006).

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Rey, A. Teoría y crítica literaria en Agudeza y arte de ingenio . Neophilologus 101, 541–560 (2017). https://doi.org/10.1007/s11061-017-9530-z

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