Notas
E. Carilla,El barroco literario hispanico (Buenos Aires: Editorial Nova, 1969), pags. 108–109. Veanse, asimismo, H. Hatzfeld,Estudios sobre el barroco (Madrid: Gredos, 1964), pags. 123, 136; y E. Orozco Diaz,Temas del barroco (Granada: Universidad de Granada, 1947), pág. xiii.
E. Orozco Diaz,El teatro y la teatralidad del barroco (Barcelona: Editorial Planeta, 1969), pág. 122. Véase, asimismo, D. H. Roaten y F. Sánchez y Escribano, Wölfflin's Principles in Spanish Drama: 1500–1700 (New York: Hispanic Institute, 1952), pag. 42.
Véase Lope de Vega,Peribañez y el Comendador de Ocaña, edicion de Alonso Zamora Vicente (Madrid: Espasa Calpe, S. A., 1963), págs. 9-11, 42–43, 49–50, 53, 55–56, 61–62, 66–68, 76–80-, 86–87, 91–92, 120–21, 130, 132–133.
Además de los artículos que quedan citados en estás páginas, pueden verse: J. T. Boorman, “Divina ley y derecho humano enPeribañez,”Bulletin of the Comediantes, 12 (1960), 12– 14; M. A. Peyton, “TheRetrato as Motif and Device in Lope,”Romance Notes, 4 (1962–63), 51–57; and G. Erdman, “An Additional Note on theRetrato Motif in Lope,”Romance Notes, 5 (1964), 184–85.
Para los comienzos del uso en el teatro español, véase Bartolomé de Torres Naharro,Propalladia and Other Works, editado por J. E. Gillet (Philadelphia: Univ. of Pennsylvania Press, 1961), IV, 459–60. Para la frecuencia de la cancion en el teatro de Lope, véase A. Rodriguez, “Los cantables deEl villano en su rincon,” enHomenaje a William L. Fichter. Estudios sobre el teatro antiguo hispanico y otros ensayos, editado por A. D. Kossoff y J. Amor y Vázquez (Madrid: Editorial Castalia, 1971), pág. 639.
Para la estadistica relativa al cansionero teatral de Lope de Vega, véase A. Rodriguez y Tomás Ruiz-Fabrega, “En torno al cancionero teatral de Lope,” ponencia leída (Actas en prensa) en el Primer Congreso Internacional sobre Lope de Vega y los Origenes del Teatro Espanol, Madrid, julio, 1980.
El estribillo, “pues hoy para en uno son”, es indiscutiblemente popular. Véase: Lope de Vega,Peribañez y el Comendador de Ocaña, editado por C. V. Aubrun y J. F. Montesinos (Paris: Librairie Hachette, 1943), pág. xx.
E. M. Wilson, “Images et structure dansPeribañez,”Bulletin Hispanique, 51 (1949), 129–30.
Para esta cuestion, véase, por ejemplo, G. Araya, “Paralelismo antitético enPeribañez y el Comendador de Ocaña,”Estudios Filologicos, 5 (1969), 91–127.
Peribañez, edicion de Aubrun y Montesinos, pag. xx.
Victor Dixon, “The Symbolism ofPeribañez,”Bulletin of Hispanic Studies, 43 (1966), 15–16.
G. Umpierre,Songs in the Plays of Lope de Vega: A Study of their Dramatic Function (London: Tamesis, 1975), pág. 53.
Dixon, pág. 16.
Wilson, pág. 140.
Véase, por ejemplo, Araya, pag. 95.
VéasePeribañez, edición de Aubrun y Montesinos, pag. xvi.
Aunque al parecer dormidos, los segadores se hallan presentes en el intercambio entre Casilda y el disfrazado comendador.
Esto, naturalmente, porque el comendador, disfrazado, no se presenta como tal.
En el otro caso mas estudiado, el deEl caballero de Olmedo, la cancioncilla matriz aparece directamente como expresión popular. Para algo más acerca de este proceder lopista, véanse E. Anderson Imbert, “Lope dramatiza un cantar,” enGrandes libros de Occidente (México: Ediciones de Andrea, 1957), pags. 63–74; y J. B. Avalle-Arce, “Pedro Carbonero y Lope de Vega: tradición y comedia,” enDintorno de una epoca dorada (Madrid: J. Porrua Turanzas, S. A., 1978), págs. 353–70.
Para la actitud de Lope frente a la “creación” popular, véase, por ejemplo. Aubrun y Montesinos, pág. xxi.
Alison Turner, “The Dramatic Function of Imagery and Symbolism inPeribañez andEl caballero de Olmedo,”Symposium, 20 (1966), 175.
Umpierre, pág. 293.
Para los datos estadisticos pertinentes, vease Rodriguez y Ruiz-Fabrega, “En torno al cancionero teatral de Lope”.
Esta definición-descripción, de Covarrubias, la tomamos de la citada edición de Alonso Zamora Vicente, pág. 10.
Véase E. Orozco Diaz,El teatro y la teatralidad del barroco, pag. 240.
Véase Wilson, págs. 129–30; y para su valor simbolico, Dixon, pag. 18.
Para la problemática poesia-pintura, y su relacion con la fusión de las artes en el barroco, vease Carilla, págs. 102–108.
Su expresión más destacada, naturalmente, esEl pintor de su deshonra de Calderón, pero el pintor-retratista no es personaje raro en la comedia española.
G. Güntert, “Relección delPeribañez,”Revista de Filologia Española, 54 (1971), 43–44.
Mary Gaylord Randel, “The Portrait and the Creation ofPeribañez,”Romanische Forschungen, 85 (1973), 156.
R. G. Sánchez, “El contenido irónico-teatral en elPeribañez de Lope de Vega,”Clavileño, 5 (1954), num. 29, pag. 19. Véanse, asimismo, Dixon, pags. 22–23 y Randel, pág. 150.
Güntert, pág. 47. Véase, asimismo, Dixon, págs. 22–23.
Dixon, pág. 23.
Para la fijación barroca sobre el proceso creativo en las artes, aspecto relativamente poco estudiado, vease, por ejemplo, A. Cioranescu,El barroco o el descubrimiento del drama (La Laguna: Universidad de La Laguna, 1957), págs. 143–45, 277–78.
Randel, pág. 152. Véase, asimismo, Turner, págs. 177–78.
Author information
Authors and Affiliations
Rights and permissions
About this article
Cite this article
Colahan, C., Rodriguez, A. La fusión barroca de las artes enPeribáñez . Neophilologus 66, 210–218 (1982). https://doi.org/10.1007/BF02050610
Issue Date:
DOI: https://doi.org/10.1007/BF02050610